Hormigueo en el cuerpo por ansiedad
La ansiedad tiene mucho que ver con la impaciencia y la intolerancia a la incertidumbre. Te digo por qué.
A veces tengo que recordármelo, cuando la impaciencia de la persona que tengo delante me envuelve y me lleva con él. Durante unos minutos quedo atrapada en su afán de respuesta, hasta que consigo volver a ponerme en mi lugar y no alimentar ese sentimiento de ansiedad. Supongo que en parte porque entiendo esto, entiendo que la incomodidad lleva a sentimientos de desesperanza y en consecuencia a tratar de resolver todo a la vez, como si el problema de ansiedad tuviera una respuesta concreta y no un proceso por el que pasar, un proceso de aprendizaje. También supongo que como así trabajamos todos y los psicólogos, claro, no nos habríamos quedado atrás. La prisa del otro nos sorprende mientras caminamos a caballo por la calle sin saber muy bien por qué lo estamos haciendo, hemos entrado en la dinámica de quien está a nuestro lado. Creo que esto también nos puede pasar (y nos pasa) en las consultas. Pero entonces, ¿cómo hacerlo? ¿Qué hago para no sentirme ansioso?
Hormigueo y entumecimiento de la piel/sensación de debilidad
Es común que la ansiedad provoque síntomas físicos como sensaciones (entumecimiento u hormigueo). Esto puede ocurrir en casi cualquier parte del cuerpo, pero es más común en la cara, las manos, los brazos, los pies y las piernas. Esto se debe a que la sangre se dirige a las partes más importantes del cuerpo, lo que puede ayudar a la reacción de «lucha o huida». Esto deja áreas menos importantes para la reacción con una sensación de debilidad, entumecimiento u hormigueo.
También puede deberse a hiperventilación y aumento del consumo de oxígeno, especialmente en las extremidades o la cara.
Parestesia facial: menos común y con origen en los dientes
La parestesia facial se refiere al entumecimiento en cualquier zona de la cara. En este caso, las parestesias en la cara están muy relacionadas con los problemas bucales.
Es decir, numerosos nervios habitan en la boca, que si no se manejan correctamente pueden dar lugar a ciertos problemas, como la parestesia facial.
Debido a la posición
Las posiciones anormales o forzadas de las piernas o los brazos pueden comprimir los nervios y, en consecuencia, causar una sensación de hormigueo. Todos nos hemos quedado dormidos sobre un pie o una pierna después de estar sentados en una posición forzada durante mucho tiempo, o nos hemos despertado con el brazo entumecido después de quedarnos dormidos sobre él.






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